viernes, 2 de noviembre de 2012

Analogías años treinta. ¿Y la evolución?


El arte es el resultado de un contexto, de una época, de unas circunstancias. Una gran crisis económica, la ruptura de los valores hasta ahora considerados válidos, planteamientos de nuevos regímenes o cambios sociopoliticos por radicalización de ideas, partidos y personas, que en definitiva, no sufren sino de la pérdida de su función en el mundo y sus principios, revierte de alguna manera en la creación. Por un lado, se da escapismo, por otro se instrumentaliza. Propagandismo de ideas, con el artista al servicio del poder, tanto en la obra hiperrealista, en el seno del totalitarismo, como incluso en la cartelería, o en las Exposiciones Universales que justifican el crimen colonialista pervierten la libre creación. Pero… ¿hasta qué punto no se ve el artista influenciado por todo ello? ¿Es posible la total abstracción de sus circunstancias y su tiempo? Si acaso busca escapar de las constricciones de su época y los cánones establecidos, esa ruptura ya es una seña de identidad de dicha época, por lo que la libertad del creador no radica en esa evasión, sino en decidir al servicio de qué ideas, o bajo qué foco de influencias se encuadra su obra, sin un encasillamiento artificial.

El hombre se organiza en sociedad, y la influencia de un individuo sobre otro se puede ver claramente en el arte. Reunión, intercambio, encuentros, entre los propios artistas, organizadas como Encuentros de Objetos Surrealistas; u obligadas, como la coincidencia por exilios y la unión mutua en el pesimismo. Son, los Años Treinta, una fructífera época, con la clara globalización del estilo artístico en Realismo, Abstracción y Surrealismo, partiendo además de la identidad propia que da lugar a una amplia heterogeneidad. ¿Necesita el ser humano el sufrimiento y el cambio para una creación más brillante, frente al estatismo? 


Marsh, Twenty cent movie
Antonio Berni, Desocupados
Deformación de la realidad, alejándose de lo académico, para hacer una crítica de los valores artificiales de los que la sociedad misma se enorgullece; o por el contrario la aplicación de composición clásica en un lenguaje formal como reflejo de la situación de clases más bajas guía el recorrido hasta la pura abstracción geométrica en el Constructivismo, independizándose de la naturaleza. Así se evita encadenarse al mundo al pintarlo. Por el contrario, la abstracción que evoca a un juego infantil es precisamente esa ruptura con la razón y la norma establecida, punto de unión con el Surrealismo, que busca lo puramente automático en ello, buceando en el subconsciente y experimentando con frotage, decalcomanía y fumage.
Paul Delvaux, Woman in the mirror
Estos ejemplos, son sin duda comparables a la fotografía, por su valor social, como documento testimonial de “lo que pasa entonces”. Una vanguardia, una ruptura, un arte aparentemente incomprensible, deja de serlo cuando se entiende como testigo de su época.
Paul Klee, Halme

"Lo real te golpea continuamente y el arte es una manera de manejar y negociar la angustia que te provoca." Juan Pérez Agirregoikoa